martes, 6 de diciembre de 2016

Paciente activo: mejor para ti y para todos

diciembre 06, 2016 2 Comments

Es un tema que llevo mucho tiempo comentando, pero no sé si le he dedicado el suficiente protagonismo. Tras empezar a formarme en aspectos médicos he reafirmado con creces la opinión que ya tenía: el paciente debe tener un papel igual o más importante que el propio profesional

*insertar gritos escandalizados*

No, no estoy minando el trabajo de los médicos, nunca he pretendido hacerlo. Yo no estoy formándome para ser totalmente independiente respecto a mi salud, pero uno debe ser consecuente con uno mismo si de verdad se quiere a si mismo. 

Cierto es que cada uno tiene sus prioridades, en eso no me meto, pero al menos la mía es intentar estar lo mejor de salud que pueda. De todas formas, lo siento mucho pero es superior a mis fuerzas la frase "De algo nos tenemos que morir". Evidentemente de algo nos vamos a morir, que yo sepa no somos seres inmortales, pero el asunto está en cómo queremos pasar ese tiempo de vida. 

Vuelvo a poner hincapié en las prioridades de cada uno. Quizás prefieras estar enfermo siempre pero darte el capricho continuo de comer/beber ciertas cosas. Quizás, en lugar de tomar el camino largo de ver porque tienes algunos síntomas, prefieres tomarte una pastilla y seguir como si nada. 

Esta es la cultura de la salud en la actualidad, solventar cualquier cosa a base de medicación sin preguntarnos el porqué. El pensamiento crítico debe estar también en este aspecto. Como es lógico, aprendemos a comportarnos de una determinada manera tras ver a nuestros semejantes. "Si las cosas funcionan así por algo será". 

Una pregunta directa a ti como lector: ¿acaso no te has equivocado nunca? La respuesta será lo más probable "Muchas veces", pues si a nivel individual erramos, a nivel colectivo ya ni hablamos. 

Luego están los intereses comerciales. Se me puede tachar ahora de conspiranoica, pero es que la sociedad se mueve por dinero y en esto no será menos, al contrario, mueve demasiado. 

Total, que me sale la vena reivindicativa y me voy por las ramas. Tú, como paciente, eres la pieza clave. Por ejemplo, si te hacen análisis de sangre y te dicen que estás muy bien de salud, pero tú sientes que no, no te quedes con ello y sigue investigando. 

Si te recetan un medicamento, saber qué va a hacer de bueno y malo para ti y si hay alguna alternativa. ¿Es realmente necesario? Debo decir que en mi caso lo pienso muchas veces pero justo en el momento de la consulta me corto, termino cogiendo las cosas y me salgo. Las citas médicas no deberían ser un "aquí te pillo y aquí te mato" justamente porque no te da tiempo a reaccionar a todo, más si no tienes el conocimiento suficiente. De ahí la importancia de que el paciente tenga poder también en la ecuación. 

Si no estás conforme con un diagnóstico, busca otras opiniones. Otra cosa en la que he fallado mucho. No es que haya tenido buenas experiencias en consulta y al final acabas con desgana. Piensas: "Si me ha pasado esto con esta persona, ¿no me marearán igual en otro lado?". Y al final, para evitarte el disgusto de todo el ajetreo otra vez, pasas. Y no debería ser así

Aunque a mucha gente no le gusta el poder que tiene internet en cuestión de salud, a mí sinceramente me ha dado la vida. Otra razón por la que es tan importante que tú, como paciente, tengas una información básica para poder seleccionar adecuadamente

Los mismos síntomas pueden significar cosas totalmente diferentes. En realidad, hay que mirar mucho más allá, no nos podemos quedar sólo con ello. Es bueno conocer cómo puede estar relacionado tener lesiones repetidas en la rodilla con otras dolencias. No digo que haya que ser un experto del cuerpo humano, pero sí saber que es bueno explicar toda esa información al médico en la consulta. Quizás, como me ha pasado a mí, te contesten que no tiene nada que ver, pero al menos tú habrás cumplido activamente en el proceso. 

En relación a todo esto, nos hemos acomodado demasiado en muchos aspectos. Está bien que la sociedad progrese, pero en algunas cosas nos ha perjudicado notablemente. Es lo más normal del mundo que alguien vaya cargado de pastillas y las reparta ante la mínima sintomatología de alguien cercano. Estaría gracioso crear un talonario con mensajes para estos casos con frases como:

- Quizás necesitas más descanso

- Quizás necesitas hacer ejercicio

- Quizás necesitas revisar lo que comes 

- Quizás necesitas beber agua

- Quizás necesitas desconectar en la naturaleza

Hago eso y es posible que dejaran de hablarme al instante, cabreados por meterme en su vida. Pero, ¿acaso no estás haciendo lo mismo que si les das una pastilla? Ejerces el mismo papel realmente, o al menos esa es mi visión (que puedo estar equivocada). 

Voy a exponer ya la última parte de lo que pretendo transmitir con ejemplos de cosas que me han pasado a mí, para que se entienda mejor.

Debido a una reacción exagerada tras comer frutos secos, menudo susto, pedí hacerme las pruebas de alergia. Meses después, llegué a la consulta del alergólogo contando mi experiencia tras comer un turrón y lo que me había provocado. En ese momento no me dijo nada y me hizo pasar a la sala de espera para la realización de las pruebas.

Me salió todo negativo: no había reacción alérgica a nada de lo que me habían puesto en el brazo. Yo salí contenta con mis puntos rojos del rotulador, hasta que entré de nuevo en la consulta. Le comenté el resultado y su respuesta fue: "Ya sabía que no era una reacción alérgica por lo que me has contado antes. No sé qué te habrá provocado esa reacción.". Después de flipar en colores porque me lo podía haber dicho, mi respuesta fue clara: "Quizás como estoy mal del sistema digestivo me ha podido afectar de esa manera.". Reacción: "No, no, para nada. Eso no tiene nada que ver.". 

Me pasó algo parecido años atrás en la consulta del dermatólogo, cuando las pastillas contra el acné no me hacían nada hasta que cambié, sin querer, algunas cosas de mi alimentación. Reacción bastante alterada: "Hay estudios que demuestran que no tiene relación alguna el acné con lo que comes. Seguro que ha sido casualidad". 

Lo más sensato en los dos casos hubiera sido que a los médicos, que al fin y al cabo son personas, se les plantearan dudas respecto a sus conocimientos tras tener pruebas factibles de que las cosas, a veces, no son como ellos creen. 

Con esto quiero llegar a la conclusión de que si hay más pacientes activos, pacientes que no se callan, que investigan, que se interesan y que llegan a la consulta con experiencias similares o que se puedan relacionar, los médicos se planteen la situación. Como en todas las profesiones, hay personas con dedicación y otras que no, pero si coincides con las del primer grupo, poco a poco podemos mejorar entre todos, tanto pacientes como médicos, la medicina en la actualidad. 

No quiero estar sola en el camino de mejorar mi salud, quiero profesionales que de verdad me ayuden a ello. 

sábado, 29 de octubre de 2016

Comiendo hamburguesas en Cebrián

octubre 29, 2016 1 Comments

Buscando sitio para cenar con unos amigos acabamos en una hamburguesería muy conocida en Zaragoza: Cebrián. No habíamos ido todavía por mi reticencia a ir a los sitios que no indican claramente en su web o redes sociales que tienen opciones sin gluten. La cosa es que leí bastantes opiniones positivas de celíacos que habían comido allí y estaban encantados, así que nos tiramos a la piscina.

No me extraña que estén catalogadas como unas de las mejores hamburguesas de la ciudad. Yo no soy una experta en la materia, así que pregunté a mis amigos y les parecieron muy buenas también. Se nota el mimo que ponen en ellas, en los ingredientes y su calidad. 

Aunque la comida no lo es todo. Me pareció un local muy bonito y acogedor. El diseño de la marca, la presentación y el trato recibido me encantaron. El detalle de ofrecer comida sin gluten con calidad y tener además opciones vegetarianas me parece todo un acierto. 

No hice foto a todo lo que comimos, lo entenderéis más abajo, pero al menos sí a lo primero que nos trajeron. Pedimos una hamburguesa cada uno junto a una ración de patatas para compartir. 

Hamburguesa Guacamole 6,10€ (Guacamole, bacon crujiente, cheddar y salsa Cebrián) - Pan sin gluten
Patatas fritas caseras 4,20€



Hamburguesa Bronx 6,10€ (Cebolla roja plancha, bacon, cheddar, tomate y salsa barbacoa) - Pan sin gluten



Le hice foto también a otra de las hamburguesas de la mesa, la más grande. Así también se puede ver la diferencia entre los panes. 

Hamburguesa American burguer 7,90€ (Doble de cheddar, doble de bacon, huevo, lechuga, tomate, cebolla y salsa Cebrián) - Pan normal


Tanto las patatas, su salsa y las hamburguesas estaban muy buenas. Además, no te sientes tan bicho raro al comer con un pan distinto, porque la hamburguesa te cuesta lo mismo y no se desmiga por todas partes.

A continuación, acostumbrados a comer bastante, pedimos otra para compartir. En este caso fue la Menorquina (Queso de Mahón semicurado, aceitunas negras, chutney de tomate, cebolla roja, rúcula y salsa Cebrián - 6,10€). A mí me das olivas negras y me has ganado. 

Preguntamos si algún postre era apto y nos comentaron que el helado de yogur sí. A Carlos le apetecía un batido, en el Tommy Mel's suele pedir, así que preguntó. Podían hacerle uno de vainilla abriendo la tarrina nueva, así que me animé yo también con otro y llegó el desmadre. Cuesta 3,4€. Nos gustó mucho porque era suave, no notabas que fuera azúcar puro sin más. 

Si queréis ver la carta completa entrad aquí. Si os apetece el añadido de la comida mexicana, también tienen otro restaurante para ello: Jalos. Era mi primera opción pero para el encuentro se prefirió ir a Cebrián

En Jalos hay opción de hamburguesa en plato, por si no os gusta comer con pan, además de que hay más cantidad de carne. En Cebrián la carne es de ternera pero en Jalos puedes elegir también pollo.

Y ya que lo nombro, a pesar de ser fan del Tommy Mel's, después de probar estas hamburguesas creo que tengo un claro ganador. 

Sí, me salté bastante la dieta para la candidiasis, pero oye, bien disfrutado el desliz. 

domingo, 18 de septiembre de 2016

El temido diagnóstico

septiembre 18, 2016 2 Comments

La problemática de una persona con una dieta "normal" a la que se le diagnostica celiaquía es bastante seria. Los cereales con gluten, el trigo especialmente, están muy presentes en la alimentación diaria. El cambio tras el diagnóstico es tan radical que deja a la persona un poco trastocada y sin saber muy bien qué hacer.

Nosotros vivimos este cambio de manera más natural. Las cosas fueron surgiendo al cambiar nuestros hábitos alimenticios para llegar a un estado óptimo de salud, todo ello antes del diagnóstico. Realmente de los dos el que lo tiene de manera oficial es Carlos, pero yo me lo he adjudicado también por la parte que me toca. En principio, me puedo recuperar y retomar mi antigua alimentación, pero sé que no voy a volver a comer "normal" porque he adquirido una visión muy distinta al respecto de la relación alimentación/salud. 

La gran pega de todo esto es a la hora de salir a comer fuera. Ahora están cambiando mucho las cosas y cada vez hay más opciones, pero aún así está costando. Como decía al principio, el problema es que el gluten está en todas partes. A la vuelta de la esquina y debajo de las piedras. A pesar de que, hablo de los países más desarrollados en este punto, disponemos de multitud de alimentos distintos, el trigo se impone por encima de cualquier cosa.

Una persona que sigue una dieta "normal", y pasa de cualquier nuevo tipo de alimentación que aparezca por arte de magia, pensará que es una mierda que el trigo esté tan extendido si le diagnostican celiaquía. Es casi como si te amputaran varios miembros del cuerpo.

Desayunas, comes, meriendas y cenas cereales con gluten. Basas un porcentaje muy alto de tu comida en ellos, ya sea como producto principal o como base. ¿Realmente es necesario tanto? Pues no lo sé, allá cada uno con su alimentación, pero me gustaría dejar la reflexión en el aire. 

Este texto no pretende que dejéis de comer todo eso, pero sí que os paréis a pensar en algo: si un día os diagnostican celiaquía, ¿cuál sería vuestra reacción? En el caso de Carlos fue un alivio, una confirmación de sus sospechas. Como decía al principio, él ya estaba mentalizado y aún así fue duro. Por mucho que reduzcas o dejes de comer ciertas cosas, en este caso no se puede decir por un poco no pasa nada

Las veces que ha sufrido la contaminación cruzada en los restaurantes lo ha pasado bastante mal. No solo por los síntomas físicos que eso conlleva, sino por perder la confianza de ese local para ir a comer allí ya que escasean las opciones.

Si comes junto a gente que no tiene la información completa respecto al problema pareces un agente secreto revisando todo al milímetro. La verdad es que no es agradable tener esa tensión mientras uno come. Las emociones influyen mucho en el proceso digestivo. 

Hace unos años la celiaquía era casi una leyenda. Actualmente se ha convertido en algo muy real. Seguro que conocéis a alguien que la padece (y los que no lo saben). Considero muy necesario un mayor conocimiento del tema para una mejor convivencia. 

Lo que más me inquieta son los restaurantes/bares/cafeterías que tienen opciones sin gluten y no lo indican por ninguna parte. Te enteras por el boca a boca, cotilleas el lugar por internet y no ves ningún indicio de ello. Incluso llegas al local y tampoco. 

Si os encontráis en la situación de que sois o vais a comer con alguien que sea celíaco, buscad información en grupos o asociaciones. Nosotros de lo que nos fiamos más es de la opinión de otros celíacos que han ido a un sitio y no han sufrido intoxicación. Pero sí, se agradecería que ya que están visibles por internet, los distintos locales dejasen constancia de si tienen opciones.

Consejo final si te diagnostican celiaquía: no te vuelvas loco con la sección sin gluten del supermercado. De esto ya hablé en uno de los podcast pero creo que es muy necesario comentarlo. Entiendo que si consumes ciertos tipos de platos te resulte difícil el cambio, pero casi todo es literalmente comida basura. Se puede comer sin gluten sin tener que recurrir a todo ello.

Que una cosa está clara, en este punto tienes los intestinos hechos polvo. Por mucho que te quites el gluten, que es lo que te hace más daño, necesitas recuperar ese entorno. Eso no lo vas a conseguir si sigues comiendo cosas que lo irritan, tienes una vida estresante o te hinchas a medicamentos por cualquier cosa.

Evidentemente notarás mejoría, incluso en algunos casos cuesta ese salto, pero de verdad que recomiendo una reflexión respecto a ese tema. Imaginaros el caso siguiente: tienes una pulsera puesta que te va quemando el brazo lentamente. Te la quitas, y por tanto, ya no sufres ese daño. ¿Acaso no debe la herida recuperarse antes de poder llevar otra pulsera? Si lo haces, te va a doler. No tanto como ese quemazón constante, está claro, pero sí habrá daño igual.

Se nota en mis palabras la evolución y todo lo que he aprendido al respecto en estos años. Me produce una sensación maravillosa el entender cómo funciona nuestro cuerpo y lo importantes que son todos los procesos que se realizan en él. Muchos de ellos están muy infravalorados, como es el caso del sistema digestivo.

Si os fascina el tema, mi actual lectura es un libro muy interesante. Cuando lo termine haré reseña juntamente al de Sin trigo, gracias. El que comento es La digestión es la cuestión de Giulia Enders.

Además, en noviembre empezaré a estudiar más a fondo temas de salud y alimentación. Tengo unas ganas tremendas. Sé que será duro porque no tengo una formación concreta en esas ramas, pero la motivación es enorme. Principalmente lo hago por mí, pero también me interesa para poder hablar con propiedad de ciertos asuntos.

viernes, 2 de septiembre de 2016

Intoxicación y falsos paliativos

septiembre 02, 2016 2 Comments

Transcribo la historia yo, Lansy, pero lo que voy a contar es algo que le ha sucedido a Carlos como celíaco. Además, a raíz de ello ha surgido una cuestión que me encantaría debatir para ver qué pensáis vosotros al respecto. 

Resulta que hoy llevaron al trabajo maíz frito, de ese que compras a peso en la tienda. Como había superado con éxito las vacaciones sin intoxicarse, a pesar de convivir rodeados de gluten, se motivó y comió. Craso error.

Sufrió una intoxicación, totalmente lógica. Todo el día hecho mierda. Yo le eché la bronca, como os podéis imaginar, porque era de cajón. Unos frutos secos a peso no son nada seguros para un celíaco.

A raíz de eso un compañero de trabajo le ha comentado al respecto de la pastilla para celíacos, para paliar los síntomas de la contaminación cruzada. La respuesta de Carlos ha sido muy sensata: "No, no me interesa. Eso es como si tienes diarrea y te tomas algo para cortarla. El cuerpo está intentando eliminar algo que le está haciendo daño. Si frenas ese proceso, eso seguirá ahí más tiempo haciéndote daño."

Pues igual con el gluten. Te intoxicas y te tomas algo para aliviar los síntomas, pero tienes dentro el puñetero haciéndote de todo. ¿No os suena de nada eso? Básicamente la mayoría de medicamentos sirven para ello. Cuando fui por primera vez al dermatólogo por los eccemas, me recetó una pomada. Me los curó y al cabo de unos días me remitían de nuevo. Muy simple: el eccema es un síntoma, no un problema en sí. Pues así con muchas cosas.

El otro día comí yo en un restaurante sin tener mucho en cuenta mi situación actual. Así acabé luego, con distintos síntomas horribles. "Tómate X medicamento" me dijeron y mi respuesta fue: "¿Y no es más lógico no comer las cosas que sabes que luego te provocan algún malestar?".

En mi caso lo hice sí, pero quiero sentir esos síntomas. El cuerpo está comunicando un mensaje y éste debe ser escuchado, no paliado con una serie de medicamentos y que sea ya todo felicidad absoluta, porque eso es engañarse a uno mismo. 

Cada uno es libre de hacer con su vida lo que quiera, no pretendo imponer nada, pero sí reflexionar sobre ello. Esto puede conllevar a tapar enfermedades que deberían ser tratadas y lo único que hacemos así es empeorarlas. Seguimos machacando al cuerpo de todas formas aunque nosotros no lo notemos.

Por si no queda claro, no estoy en contra de los medicamentos, pero no me gusta la idea de los que sirven para ese fin. Es cierto que algunos son necesarios porque las circunstancias no se pueden evitar, y así se sobrelleva mejor el asunto, pero se está abusando mucho de los menos necesarios realmente.

Debemos conocer cómo funciona nuestro cuerpo, el porqué reacciona a ciertos alimentos o situaciones, y lo más importante: no te compares con otra persona. Cada cuerpo es un mundo pero eso no significa que no tengamos cosas en común, como es evidente. 

Algo que veo mucho y no me gusta nada es el culto a las dietas solamente por mera cuestión estética, como único objetivo adelgazar. Yo en estos años he aprendido a mirar la alimentación como algo que nutre a mi cuerpo y que no debe ser perjudicial para él. Perdí unos cuantos kilos sí, pero eso vino sin buscarlo. 

Leo y escucho verdaderas barbaridades que hace la gente para reducir de peso. Comer los 3 mismos ingredientes durante varias semanas, una vez conseguido el objetivo volver a comer como antes y recuperar los kilos perdidos. No me parece una actitud lógica la de privar al cuerpo de los nutrientes necesarios solo por reducir la talla de ropa. 

Yo, dentro de mi locura (seguro que mucha gente piensa de mí lo peor por mis ideas sobre estos temas), tenía un concepto claro en mi cabeza cuando estaba en un peso superior: "Nunca voy a dejar de comer para adelgazar". Y así fue, es más, comía más cantidad y adelgacé. El punto está en qué comes. Repito: no niegues a tu cuerpo de una variedad sensata de nutrientes dentro de tus posibilidades. Esto último lo digo por mí, que mi alimentación es reducida en número de alimentos pero seguro que como más variado y denso nutricionalmente que otras personas. 

He terminado desvariando un poco del tema principal pero creo que va todo muy relacionado. La alimentación es demasiado importante como para dejarla solo en el plano de la visión estética. 

jueves, 12 de mayo de 2016

Empezamos haciendo podcasts

mayo 12, 2016 4 Comments

No era el primer podcast que escuchaba de Bettie pero sí que consiguió que me diesen ganas de iniciarme en este mundo de grabación de audio. Al menos para mí, es mucho menos tiempo de dedicación y eso significa poder aportar más contenido. 

Tanto, que empiezo fuerte con dos:



Sin más dilación, os dejo con los dos reproductores.




El otro tema que tengo pendiente es "La candidiasis y el sexo". Se aceptan propuestas :)

sábado, 7 de mayo de 2016

Ir al cine y poder comer algo

mayo 07, 2016 6 Comments

El miércoles nos fuimos al cine a ver Capitán América: Civil War (es increíble, por cierto) y en cuestión de alimentación conseguimos un nuevo logro: encontramos un sitio en el que puedo comer algo de manera sencilla

Me refiero con eso a que hay una carta, tienes opciones y al preguntar te dan libertad de ingredientes. Por supuesto era la específica sin gluten, que aquí vamos los dos en pack. 

En principio no pensábamos comer nada antes de entrar en el cine pero surgió la oportunidad, por tiempo y por disponibilidad de mesas en un restaurante al que no habíamos ido antes. Siempre está a tope y como es bastante nombrado por la comunidad celíaca de la ciudad, pues había que probar.

En la carta sin gluten había distintos ingredientes para formar un bocadillo o un plato. Ya ahí empezamos bien porque por lo general siempre son bocadillos. Que oye, si es comida para llevar el bocadillo es un elemento interesante, pero lo bueno está en su relleno. Respeto a quién le guste pero basta de la omnipresencia. Hay vida más allá del pan.


Total, en las carnes seleccioné pechuga y vi que ponía ensaladas. Entonces le pregunté qué ingredientes llevaban. Respuesta: "Lo que quieras". Por favor, un monumento ya. Esta vez me fui a lo fácil y le dije lechuga pero para otra ocasión quiero preguntarle qué más se puede. 

Teníamos prisa y tampoco era plan de estar un rato ahí charlando. Lo malo del resto de ingredientes de las ensaladas es que suele ser comida en conserva, con vinagre entre otras cosas. Todo eso para mí es muerte y destrucción, de ahí la elección de la lechuga. 

A Alca le apetecía un bocadillo (señor, llévame ya) de bacon con queso. Ahora os enseño las fotos de los platos para que veáis la diferencia. El plato de la izquierda es el mío, ya había empezado a devorarlo, y el bocadillo de arriba a la derecha es el suyo. El otro pan imagino que sería para mí (digo yo, que bocadillo y más pan es un poco loco) pero se lo comió él.


3 pechugas de pollo y ensalada 4€
Bocadillo escuchimizado de bacon y queso 4,5€

Él se llenó básicamente porque el otro pan era más espeso que un puré de sesos, pero vamos, yo aunque pudiese me quedo con mi plato. Por lo menos dice que estaba muy bueno. Realmente la que está despotricando soy yo, que él no se quejó. 

Ahora viene lo bueno: esto no fue todo lo que comimos. Ya en el propio cine cada uno cogió su bolsa correspondiente.



Os podéis imaginar lo que se comió cada uno. Sí, la bolsa entera. Evidentemente llegamos a casa y no cenamos, tomamos una infusión, a parte de que ya era bastante tarde. 

En esta ocasión fue en el cine, a oscuras, pero imaginaros la escena de comer estos snacks por la calle. Yo con una bolsa de ensalada comiendo como si fuesen patatas. La gente me mira, claro, pero me da igual. Aunque últimamente no me está gustando tanto. Antes estaba la escarola más crujiente y rica; ahora me sabe peor. 

lunes, 2 de mayo de 2016

La maldición del chorizo

mayo 02, 2016 2 Comments

Que bien estaba yo sin saltarme las restricciones para poder estar estable de salud. No me la puedo jugar ahora haciendo las prácticas, necesito estar a tope. Pero claro, llega la euforia del viernes, quedar con gente y el que te apetezca ir a cenar fuera. 

Sigues portándote bien, ya que te vas a casa sin quedarte en ningún restaurante, pero ahí no termina el peligro. En el congelador tienes chorizo que ha estado comiendo Alca y que por esa euforia decido que sea parte de mi cena. 

Piensas: "Bueno, es chorizo, solo es una cosa. No será tan grave. Me lo merezco."

Disfrutas mientras te lo estás comiendo, parece que la cosa no ha sido mala, hasta que te levantas al día siguiente. Los mocos invadían mi nariz y mi garganta. El pañuelo volvió a formar parte de mi mano. Muy mala señal

Seguí pensando que no era para tanto porque al rato ya me restablecí en ese sentido. A lo largo del día empecé a sentirme un poco cansada. Seguí sin darle mucha importancia.

Dos días después, que fue ayer domingo, estaba tan cansada que no podía con mi alma. Ni siquiera salí de casa. Lo peor es que ese tipo de cansancio, esa sensación de estar como una cámara de fotos cuando la batería está parpadeando en rojo, no la había tenido exactamente igual antes.

Sufriendo candidiasis crónica cada día es una nueva aventura. ¿Veis por qué es imposible que me aburra? Todos los días son distintos. Todo son ventajas (cof cof).

El día de hoy iba por el mismo camino. Alca se preocupó bastante el pobre. Gracias a ello, encontró un blog de una chica que se asemeja mucho a mí en este sentido. Solo tiene una entrada pero es muy completa. Ese fue el click que me hizo pensar en crear este blog. 

Salimos por la tarde, después de mi siesta, a pasear la perra. La verdad es que sentía que los pies me pesaban 10kg cada uno. Para subir un poco de cuesta me las he visto y deseado para no irme hacia atrás. 

Sí amigos, así es la dura vida de alguien que está hecho mierda por dentro. Pero tranquilos, no todos los días son así, os lo acabo de decir: Todos los días son distintos.

Menos mal que luego me empecé a sentir con más energía, eso sí, a costa de lanzar bombas fétidas. Sí, me refiero a nuestros amigos gases, coloquialmente llamados pedos. 

Presentación de este diario de salud

mayo 02, 2016 0 Comments

Bienvenidos  ♥

Lo primero presentarnos y comentar el contenido que vais a poder encontrar en este blog.
Lansy: nacida en el 85, con multitud de enfermedades y dolencias desde el inicio de la adolescencia, hasta descubrir hará varios años que todo venía de lo mismo: Candidiasis crónica
Alca: nacido en el 88, sin apenas enfermedades o dolencias sufridas a lo largo de su vida, llegó un día que su cuerpo le plantó cara. Meses de sufrimiento dieron por fin su causa: celiaquía. 
Como pareja tenemos muchas cosas en común y, por desgracia, una de ellas también es que no podemos comer lo que nos apetezca. La verdad es que se agradece compartir esta desdicha porque se lleva mejor en compañía, aunque eso signifique que el otro esté enfermo también.

En mi blog personal, Más allá del arcoíris gris, ya he escrito mucho sobre mis problemas de salud. No voy a borrar el contenido que hay allí, ni voy a dejar de comentar cosas en él, pero por aquí voy a dejar rienda suelta a las teclas.

Por ejemplo, narrar las desventuras semanales de cómo nos encontramos. Ninguna es igual, ya sea porque hemos comido alguna cosa que no nos ha sentado muy bien, o porque hemos conseguido algún logro.

Queremos hacer llegar el mensaje de que la alimentación es realmente importante en muchas enfermedades, en lugar de tanta pastilla con mil efectos secundarios. Nosotros lo fuimos descubriendo poco a poco, sin creernos las cosas hasta que no las vivimos en nuestras carnes.

Nos queda mucho camino que recorrer y mejorar pero queremos contarlo para poder ayudar a otras personas en situaciones parecidas a que, al menos, se replanteen ciertas cosas.

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