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sábado, 7 de mayo de 2016

Ir al cine y poder comer algo

mayo 07, 2016 6 Comments

El miércoles nos fuimos al cine a ver Capitán América: Civil War (es increíble, por cierto) y en cuestión de alimentación conseguimos un nuevo logro: encontramos un sitio en el que puedo comer algo de manera sencilla

Me refiero con eso a que hay una carta, tienes opciones y al preguntar te dan libertad de ingredientes. Por supuesto era la específica sin gluten, que aquí vamos los dos en pack. 

En principio no pensábamos comer nada antes de entrar en el cine pero surgió la oportunidad, por tiempo y por disponibilidad de mesas en un restaurante al que no habíamos ido antes. Siempre está a tope y como es bastante nombrado por la comunidad celíaca de la ciudad, pues había que probar.

En la carta sin gluten había distintos ingredientes para formar un bocadillo o un plato. Ya ahí empezamos bien porque por lo general siempre son bocadillos. Que oye, si es comida para llevar el bocadillo es un elemento interesante, pero lo bueno está en su relleno. Respeto a quién le guste pero basta de la omnipresencia. Hay vida más allá del pan.


Total, en las carnes seleccioné pechuga y vi que ponía ensaladas. Entonces le pregunté qué ingredientes llevaban. Respuesta: "Lo que quieras". Por favor, un monumento ya. Esta vez me fui a lo fácil y le dije lechuga pero para otra ocasión quiero preguntarle qué más se puede. 

Teníamos prisa y tampoco era plan de estar un rato ahí charlando. Lo malo del resto de ingredientes de las ensaladas es que suele ser comida en conserva, con vinagre entre otras cosas. Todo eso para mí es muerte y destrucción, de ahí la elección de la lechuga. 

A Alca le apetecía un bocadillo (señor, llévame ya) de bacon con queso. Ahora os enseño las fotos de los platos para que veáis la diferencia. El plato de la izquierda es el mío, ya había empezado a devorarlo, y el bocadillo de arriba a la derecha es el suyo. El otro pan imagino que sería para mí (digo yo, que bocadillo y más pan es un poco loco) pero se lo comió él.


3 pechugas de pollo y ensalada 4€
Bocadillo escuchimizado de bacon y queso 4,5€

Él se llenó básicamente porque el otro pan era más espeso que un puré de sesos, pero vamos, yo aunque pudiese me quedo con mi plato. Por lo menos dice que estaba muy bueno. Realmente la que está despotricando soy yo, que él no se quejó. 

Ahora viene lo bueno: esto no fue todo lo que comimos. Ya en el propio cine cada uno cogió su bolsa correspondiente.



Os podéis imaginar lo que se comió cada uno. Sí, la bolsa entera. Evidentemente llegamos a casa y no cenamos, tomamos una infusión, a parte de que ya era bastante tarde. 

En esta ocasión fue en el cine, a oscuras, pero imaginaros la escena de comer estos snacks por la calle. Yo con una bolsa de ensalada comiendo como si fuesen patatas. La gente me mira, claro, pero me da igual. Aunque últimamente no me está gustando tanto. Antes estaba la escarola más crujiente y rica; ahora me sabe peor. 

lunes, 2 de mayo de 2016

La maldición del chorizo

mayo 02, 2016 2 Comments

Que bien estaba yo sin saltarme las restricciones para poder estar estable de salud. No me la puedo jugar ahora haciendo las prácticas, necesito estar a tope. Pero claro, llega la euforia del viernes, quedar con gente y el que te apetezca ir a cenar fuera. 

Sigues portándote bien, ya que te vas a casa sin quedarte en ningún restaurante, pero ahí no termina el peligro. En el congelador tienes chorizo que ha estado comiendo Alca y que por esa euforia decido que sea parte de mi cena. 

Piensas: "Bueno, es chorizo, solo es una cosa. No será tan grave. Me lo merezco."

Disfrutas mientras te lo estás comiendo, parece que la cosa no ha sido mala, hasta que te levantas al día siguiente. Los mocos invadían mi nariz y mi garganta. El pañuelo volvió a formar parte de mi mano. Muy mala señal

Seguí pensando que no era para tanto porque al rato ya me restablecí en ese sentido. A lo largo del día empecé a sentirme un poco cansada. Seguí sin darle mucha importancia.

Dos días después, que fue ayer domingo, estaba tan cansada que no podía con mi alma. Ni siquiera salí de casa. Lo peor es que ese tipo de cansancio, esa sensación de estar como una cámara de fotos cuando la batería está parpadeando en rojo, no la había tenido exactamente igual antes.

Sufriendo candidiasis crónica cada día es una nueva aventura. ¿Veis por qué es imposible que me aburra? Todos los días son distintos. Todo son ventajas (cof cof).

El día de hoy iba por el mismo camino. Alca se preocupó bastante el pobre. Gracias a ello, encontró un blog de una chica que se asemeja mucho a mí en este sentido. Solo tiene una entrada pero es muy completa. Ese fue el click que me hizo pensar en crear este blog. 

Salimos por la tarde, después de mi siesta, a pasear la perra. La verdad es que sentía que los pies me pesaban 10kg cada uno. Para subir un poco de cuesta me las he visto y deseado para no irme hacia atrás. 

Sí amigos, así es la dura vida de alguien que está hecho mierda por dentro. Pero tranquilos, no todos los días son así, os lo acabo de decir: Todos los días son distintos.

Menos mal que luego me empecé a sentir con más energía, eso sí, a costa de lanzar bombas fétidas. Sí, me refiero a nuestros amigos gases, coloquialmente llamados pedos. 

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